LA OTRA CARA DE
LA NAVIDAD
Como es habitual en nuestras sociedades las fiestas por Navidad se han
convertido en un festín comercial, las ventas de juguetes, electrodomésticos,
regalos, etc. hacen que la celebración por el Nacimiento del hijo de Dios pase
a un segundo plano. Muchos dirán que es Navidad y que eso implica regalos.
Nadie desconoce que los que pueden hacer todo ello es producto de su esfuerzo y
trabajo, y seguramente es merecido.
Surge entonces una interrogante, ¿y los que no tienen nada? Sabemos
que nuestra realidad social es esa, algunos tienen poco; muchos no tienen nada.
Qué les pasará por la mente en estas fechas. Su pobreza y marginación se hace
más notoria. Si los que tenemos algo, pudiéramos compartir atenuaríamos su padecimiento,
no importa como paliativo para la ocasión; al menos dejarán escapar unas
sonrisas en sus sufridos rostros.
Entonces, Navidad es compartir, no abrir más las brechas entre los que
tienen y los que no. Dejemos de lado las cuestiones sobre las causas del porqué
esa gente se encuentra en tal o cual situación, no miremos por encima del
hombre a esas personas; son tan o más humanos como nosotros, les tocó vivir
esta circunstancia.