MADRE CORAJE Y SUS
HIJOS (Berthold Brecht)
ARGUMENTO.
Trata de las peripecias y
miserias de quienes se ven envueltos, directa o indirectamente, en los hechos
de la guerra. Basada en la crónica de la guerra de los treinta años (1618-1648)
entre católicos y protestantes Brecht la estreno en 1937 para denunciar los
preparativos bélicos del nazismo, Madre Coraje va de uno a otro campo de
batalla empujando su pesada carreta para obtener suste¬to pura sus hijos, sufre
maltratos pero su destino es la vida. Sus hijos se enrolan al ejército, solo su
hija Catalina la sigue. En el transcurso de la guerra uno a uno sus hijos van
muriendo. Así. Catalina muere acribillada por los soldados, luego de un acto
esforzado y heroico. La guerra continúa y madre Coraje también prosigue como el
pueblo anónimo, en la larga marcha por la subsistencia y la vida. Era la
primavera de 1624, en Dalarne, el Capitán General Oxenstierna engancha tropas
para su campaña a Polonia.
A la vivandera Anna Ferling,
conocida por el nombre de madre Coraje, se le va un hijo. En los años 1625 y
1626 la Madre coraje atraviesa Polonia, junto al bagaje de los ejércitos
suecos. Frente a la fortaleza de Wallhof se encuentra de nuevo con su hijo.
Exitosa venta de un capón y días de gloria para el hijo temerario. Pasados
otros tres años, madre Coraje cae prisionera, junto a una parte de un
regimiento finés. Logra salvar a su hija, así como su carreta, pero muere su
hijo probo. Madre Coraje canta la canción de la Gran Capitulación. Han
transcurrido dos años. La guerra se extiende por regiones más y más amplias. En
viajes sin pausa, la pequeña carreta de la coraje atraviesa Polonia, Moravia,
Baviera, Italia y nuevamente Baviera, Italia y nuevamente Baviera, 1631. La
victoria de Tylly en Magdeburgo le cuesta a Madre coraje cuatro camisas de
oficial. Madre Coraje termina con su carrera mercantil. Ese mismo año, el rey
de los suecos, Gustavo Adolfo, caen en la batalla de Lützen. La paz amenaza
arruinar el negocio de Madre coraje.
El hijo temerario de la Coraje
comete una hazaña más de la cuenta, y halla un fin ignominioso. Ya pasaron 16
años y la gran guerra de religión dura todavía. Alemania ha perdido más de la
mitad de su población. Violenta epidemias matan lo que ha sobrado de las
matanzas. El hambre desuela comarcas otrora florecientes. Lobos recorren las
ciudades reducidas a escombros. En otoño del año 1634 encontramos a la Coraje
en los montes alemanes de Fichtelgebirge, apartada un poco del camino real, que
recorren los ejércitos suecos. En ese año el invierno se ha anticipado y es
duro: los negocios van mal, y no queda otro remedio que mendigar. El cocinero
recibe una carta de Utrecht, y es despedido. Durante el año 1635, Madre coraje
y su hija Catalina marchan por las carreteras de la Alemania Central, siguiendo
a los ejércitos, que están cada vez más harapientos. Enero de 1636. Las tropas
imperiales amenazan la ciudad evangélica Halle. La piedra comienza a hablar.
Madre Coraje pierde a su hija y sigue sola su marcha. Y falta mucho aún para
que la guerra termine.