LITERATURA HEBREA
UBICACIÓN GEOGRÁFICA:
CARACTERÍSTICAS:
En la civilización hebrea, el arte pictórico no tuvo gran
desarrollo ya que estaba prohibida la veneración de imágenes. Por lo tanto, se
incentivó el desarrollo tanto de la música como de la literatura.
Toda la literatura hebrea gira alrededor de la Sagrada
Escritura hebrea (como sabemos, ésta solo tiene Antiguo Testamento y en vez de
los 46 libros de la Biblia cristiana, para ellos son 37 los considerados
canónicos).
La Biblia hebrea no tiene un autor definido y cuenta con
una serie de hechos y relatos vividos, es decir, se muestra la relación entre
ellos y Dios (monoteístas).
En la Biblia hebrea no solo se manejan temas históricos;
también se trata de dar enseñanzas y moralejas a través de algunos libros, como
los Salmos, los cuales, por medio de la música, alaban y trasmiten enseñanzas.
El Antiguo Testamento fue escrito en hebreo y arameo y
posteriormente traducido a muchas lenguas del mundo.
Géneros
1. Poesía: La principal intención de la poesía es
expresar sentimientos personales, por lo que podemos resaltar muy pocos libros
de la Biblia hebrea: Salmos, Job, El Cantar de los Cantares (que se le atribuye
al rey Salomón), y Lamentaciones.
2. Prosa:
Prosa histórica: Hechos vividos por el pueblo hebreo.
Prosa profética: Mensajes, palabras y profecías que Dios,
por medio de los profetas, quiso trasmitirle al pueblo hebreo.
Prosa sapiencial: Sabiduría teórica y práctica: cómo
saber y actuar de una manera justa.
Prosa legal: Leyes
de Moisés.
3. Teatro: No se desarrolló debido a que el teatro
representa y, como vimos antes, en esta civilización de prohibía la veneración
de imágenes.
EL ANTIGUO TESTAMENTO
El Antiguo Testamento es el conjunto de la primera parte
de los libros canónicos de la Santa Biblia. Abarca tanto el Pentateuco
(Génesis, Éxodo, levítico, Números y Deuteronomio) como libros históricos,
proféticos y sapienciales.
EL NUEVO TESTAMENTO
El Nuevo Testamento es la parte de la Biblia cristiana
compuesta por un conjunto canónico (autorizado) de libros escritos después del
nacimiento de Jesús de Nazaret. Se le designa así desde Tertuliano en la
Iglesia cristiana. Al contrario del Tanáj o Antiguo Testamento, los cristianos
no tienen esta parte de la Biblia en común con los judíos.
El uso del término "testamento", proviene del
hebreo berit ("alianza", "pacto", "convenio" o
"disposiciones entre dos contratantes") a través del griego diathéké
y del latín testamentum. Por tanto, en su significado original es el de Nueva Alianza,
Nuevo Pacto o Nuevo Convenio.
Las versiones más antiguas de textos del Nuevo Testamento
que se conservan están escritas en el griego denominado koiné, la lingua franca
en el Mediterráneo Oriental en época romana. La mayoría de los especialistas cree
que éste fue el idioma en que originalmente se redactaron, aunque algunos
libros puedan haberse escrito primero en idioma hebreo o arameo, la lengua
semita hablada por Jesús y su entorno. Sin embargo, no existen manuscritos
antiguos del Nuevo Testamento escritos en hebreo ni tampoco en arameo.
Composición del Nuevo Testamento
La composición del Nuevo Testamento canónico se fijó poco
a poco en los primeros siglos de la nueva religión. La lista más antigua se
supone redactada hacia el año 170 La lista actual fue publicada originalmente
por Atanasio de Alejandría en 370 y consagrada como canónica en el Tercer
Concilio de Cartago de 397. Las disputas sobre la composición no cesaron por
ello. Martín Lutero cuestionó la pertinencia de incluir la Epístola de Santiago,
la Epístola de Judas, la Epístola a los Hebreos y el Apocalipsis de Juan o
Libro de la Revelación; aunque finalmente, a diferencia de los deuterocanónicos
del Antiguo Testamento, no fueron nunca rechazados.
El Nuevo Testamento comprende los cuatro Evangelios
canónicos, los Hechos de los apóstoles, las epístolas de Pablo de Tarso, siete
epístolas de diversa atribución y el Apocalipsis.