SOLO VINE A LLAMAR POR TELÉFONO
(Gabriel García Márquez)
María, una muchacha que viajaba
hacia Barcelona sufre un percance en la autopista, esperando que alguien la
auxilie, buscaba un teléfono, su esposo la esperaba, él animaba fiestas
fungiendo de mago.
Aparece un bus manejado por un
señor de edad, le manifestó a María que su viaje era corto, ella solo quería un
teléfono, le preocupaba “Saturno”, su esposo, estaría muy preocupado. El
cansancio la hizo dormir el viaje, la despertó la llegada del vehículo a un
hospital para personas con enfermedades mentales; increíblemente la
confundieron como paciente, pese a los reclamos y súplicas no la escucharon,
fue internada.
En Barcelona, Saturno buscaba
desesperadamente a María, recurrió a todas sus amistades. No era la primera vez
que desaparecía, se iba a veces con un nuevo amor, su sufrimiento era terrible,
decidió olvidarla pensando que había emprendido una aventura amorosa.
Luego de mucho esfuerzo, María
logra comunicarse con Saturno, éste creyendo en que vivía un devaneo; la
insultó y colgó el teléfono, ella quedó sorprendida. Aceptó ser paciente, no tenía alternativa. Su
vicio era los cigarros, los conseguía a muy alto precio de las celadoras, al
acabarse el dinero optó por hacer cigarros de papel periódico.
Herculina, una celadora, se fijó
en María, le ofreció mandarle un recado a Saturno, él llegó al sanatorio
preocupado por María, el director del hospital lo convenció que María estaba
loca. María nunca más recibió a Saturno.
Saturno se casó y se fue de
Barcelona, nunca más se supo de él. Su gato lo dejó con una antigua novia quien
le daba de comer, se comprometió también a enviarle cigarros a María. Un día
fueron a entregarle su gato, ya no había dinero para darle de comer, María lo
recibió en el sanatorio, ya habían pasado 12 años de estar allí, ella estaba
contenta.