LITERATURA
COLONIAL
JUAN DEL VALLE
Y CAVIEDES
BIOGRAFÍA:
(Porcuna,
España, 1652-Lima, 1698) Escritor peruano de origen español. Trasladado a
América a temprana edad, tuvo una formación autodidacta, en la que se deja
sentir una fuerte influencia de Quevedo y de la
poesía satírica barroca española en general. Parte de su producción se conserva
en dos manuscritos fechados en 1689 y que tienen el título común Diente
del Parnaso, que trata diversas materias contra médicos, de amores, a lo
divino, pinturas y retratos. Algunos de sus poemas
constituyen una sátira feroz contra los médicos y ponen de
manifiesto la facilidad del autor para la mordacidad y la burla, lo que le
enfrentó a personalidades conocidas y relevantes del mundo colonial. Con humor negro,
prodigó las imágenes conceptistas, las antítesis, los contrastes y las
caricaturas del mundo virreinal, además de comentarios en verso sobre sucesos o
circunstancias de la época.
“CATORCE
DEFINICIONES DE AMOR”
Amor es nombre sin deidad alguna,
unagente al ser de cuantos nacen,
un abreviar la vida a los que yacen,
un oculto querer a otra persona,
una fantasma, asombro de hermosura,
una falsa opinión que al mundo esparcen,
un destino de errar en cuanto hacen,
un delirio que el gusto hace cordura.
Fuego es de pedernal si está encubierto:
aire es si a todos baña sin ser visto;
agua es por ser nieto de la espuma;
una verdad, mentira de lo cierto,
un traidor que, adulando, está bien quisto;
él es enigma y laberinto es suma.
JUAN ESPINOZA
Y MEDRANO
Destacado
aedo, dramaturgo y clérigo, considéresele el más alto defensor en el Perú de la
Escuela Culterana.
Nació
en el pueblecito de Calcanso, provincia de aymaraes en 1629 del Cusco.
Estudioso y esforzada pluma, constituye conjuntamente con Amarilis y Caviedes,
las personas que después de Gracilazo de la Vega, merecen mencionarse en medio
del vasto y medio crisado panorama de nuestra literatura colonial.
Juan
Espinosa y Medrano. Es otro de nuestros mestizos ilustres.
Estudia
en el seminario San Antonio de Abad, destacando por su dedicación a los
estudios. A temprana edad, ya lo tenemos vistiendo los hábitos franciscano, con
los que también sobresale por su elocuencia y la calidad de sus sermones.
Se
cuenta que, eran tan profundos y solemnes, que se arremolinaban en torno al
púlpito, autoridades, intelectuales, aristócratas y, en general, TODA suerte de
los feligreses. A su término, no era raro ver enjugarse las lágrimas a mujeres…
sino también a hombres.
Los
más bellos y conceptuosos sermones, se reunieron en un libro denominado “La
Novela Maravilla”.
En
el ejercicio de esa carrera sacerdotal, tuvo infinidad de anécdotas todas ellas
rezumantes de humanismo, ejemplo y valentía.
Una
de ellas, se refiere a que un domingo, como de costumbre La feligresía colmaba
la iglesia para escuchar a tan erudito sacerdote: de repente, empezó a agitarse
y a impedir el paso de una india entrada en años y que esforzadamente pugnaba
por abrirse camino a efecto de acercarse al pulpito, para escuchar mejor.
Juan
Espinosa y Medrano, viendo esto, interrumpió súbitamente su sermón y con voz
clara y fuerte exclamo: “Señores, den lugar a esa pobre india, que es mi
madre”. Algún tiempo después, dejo de existir en la ciudad del Cusco en 1688.
OBRAS
DE JUAN ESPINOZA Y MEDRANO:
LIRICAS:
-
Apologético a Favor de don Luís de Góngora.
TEATRALES:
-
El Hijo Pródigo.
-
El amar su propia muerte.
-
El rapto de Proserpina.
OTRAS
OBRAS:
-
La Novena Maravilla.
-
Psique y el amor.
-
Eligio a la música
-
La muerte
-
El pavo.
EL
HIJO PRÓDIGO
(Resumen)
El
hijo prodigo es un drama de carácter religioso que se enraíza con el teatro
quechua. Como su nombre lo sugiere, su nombre es una versión de la parábola
bíblica, pero con fuertes elementos indígenas. El hijo menor e Kuyaj Yaya,
Hurin Saya, joven convertido al cristianismo, inicia un viaje con la finalidad
de conocer el mundo, enriquecer sus conocimientos y deleitarse con todo lo
bueno que puede encontrar en la vida.
En
su travesía lo acompañan DiospaSimin (la Palabra de Dios), que permanentemente
lo aconsejará para que no se desvíe del buen camino, y Uku (el cuerpo), que es
un bufón.
Los
tres se encuentran primero con HuaynaKari, símbolo de la juventud, y luego con
Mundo, que es sinónimo de diversión, de placeres. Mundo le presenta a su
hermana Aicha, que representa a la voluptuosidad, y Hurin Saya se enamora
perdidamente de ella, e inicia una vida licenciosa que lo destroza física y
moralmente. Harapiento y desfigurado, busca a sus amigos de diversión, pero
todos lo echan porque ya no tiene dinero para gastar en fiestas.
En
su desesperación, el joven cristiano se hace sirviente del diablo, entristecido
por sus penurias, al final de la obra, la palabra de Dios lo rescata del
infierno, y Hurin Saya regresa a su hogar, donde su padre lo recibe jubiloso,
ante la protesta del hermano mayor, Hanan Saya, que no había salido de su casa.
MICAELA VILLEGAS HURTADO :
"LA
PERRICHOLI"
La vida de
este personaje, está muy ligada al Virrey don Manuel Cayetano de Amat y
Junient. Nació en Bacaressas (Barcelona) en 1700 (1782). Descendiente de una
aristocrática familia catalana, José Amat y Planella, Marqués de Castell Bell y
doña María Junient y Vargas, Marquesa de Castell Manyá.
A los 11
años de edad, ya se había enrolado en las tropas reales que combatían a los
rebeldes de Cataluña. Poco después, formaría parte de los ejércitos que
lucharon contra las fuerzas francesas en Aragón; llegando a obtener el grado de
Mariscal de Campo, por el valor demostrado en su ascendente carrera militar.
Nombrado
en 1755 capitán general y presidente de la audiencia de Chile, destacó al
organizar una eficaz fuerza defensiva a partir de las milicias urbanas, al
tiempo que impulsaba las obras públicas. Ello le valió una excelente reputación
como político y administrador que propició su designación como virrey de Perú
en 1761.
Desde 1761
hasta 1766, estuvo en el Perú y aparte de las importantes disposiciones
militares que realizó, motivadas por la guerra que España mantenía con Gran
Bretaña. Introdujo el refinamiento en la corte virreinal y embelleció la
capital con hermosos edificios: la iglesia del convento de las Nazarenas, la
torre de Santo Domingo y el palacio de la Quinta Presa, e incluso ordenó erigir
a las afueras de Lima un palacete barroco para la bailarina Micaela Villegas,
la Perrichola.
Aparte de
tener una personalidad de militar implacable; fue muy aficionado a las
reuniones y tertulias, las que disfrutaba en palacio a donde llegaban los
artistas de aquellas épocas.
En una de
aquellas noches, apareció una artista mestiza de un teatro de Lima, quien era
bailarina y cantante de privilegiada voz, llamada Micaela Villegas Hurtado.
Muchos la conocían como “Miquita” y a pesar de no ser muy agraciada, era una
mujer de gran simpatía y encanto, lo que cautivó al ya sexagenario Virrey.
Este, más tarde la llamaría “Perrricholi”, nombre con el que fue conocida por
siempre.
El Virrey
solía pasear en su lujosa carroza y a su lado siempre iba la Perricholi. Otras
veces, iba ella al lomo de un brioso caballo, siguiendo la carroza. Estos
paseos, motivaban los chismes de la encopetada sociedad limeña.
Micaela
Villegas, “La Perricholi” indirectamente propició muchas de las obras que el
Virrey mandara erigir en nuestra Lima de antaño, que hasta hoy le dan
prestancia, ya que fueron hechas en honor al amor que éste le profesaba. Al
menos es lo que algunos historiadores parecen informar, aun cuando a veces,
éstos se han dejado llevar por el ingenio de nuestros compatriotas de antaño;
quienes entretejían historias a veces novelescas.
Allí están
como mudos monumentos, escenarios de una bella época, "La Quinta
Presa", una casona campestre señorial de mediados del
siglo XVIII, a donde asistiera constantemente a fiestas y recepciones
acompañada del Virrey.
La Alameda
de los Descalzos, paseo rodeado de fina verja toledana, con
amplios jardines llenos de árboles y plantas. En la vereda principal, había
mandado colocar estatuas de mármol con figuras de la mitología griega,
hechas con puro mármol de carrara. Se dice que la hizo construir, en frente de
un convento donde vivía su amada, para que sosegara sus horas de aburrimiento.
El Paseo
de Aguas, en el Rímac, la que según otros relatos históricos, motivó su
construcción una promesa que la Perricholi hiciera al Virrey. Dicen que cuando
éste le profesó su amor, pidiéndole que fuera su amante, ella le respondió que
lo haría cuando él pusiera la Luna a sus pies. El virrey, ingeniosamente ideó
la construcción de sus arcos de estilo francés con una amplia fuente que
pudiera servir como espejo y reflejara el firmamento en sus aguas.
Terminada
la obra, esperó pacientemente una noche de Luna Llena, para invitar a su amada
a dar un paseo y llevándola de la mano hasta el borde de dicha fuente, le
susurró al oido, “...hoy pongo la Luna a tus pies”.
Se cree
que fruto de esos amoríos, fue Manuel d’Amaty Villegas, quien fuera uno de los firmantes del Acta de la Independencia
del Perú, el 28 de julio de 1821.
La vida de este personaje inspiró a Mérimée para escribir La carroza del
Santo Sacramento que Offenbach llevó al teatro lírico en La Perichole y Jean
Rénoir al cine en La carroza de oro (protagonizada por Anna Magnani).
Los amores terminaron cuando el Virrey regresó a España en 1776 y se
retiró de la vida pública. Intervino también en el diseño de su palacio en
Barcelona (palacio de la Virreina). La Perricholi, ingresó a un convento de
Monjas Carmelitas en Lima, donde falleció el 16 de mayo de 1819.