9/07/2011

LITERATURA COLONIAL EN EL PERÚ


LITERATURA COLONIAL
JUAN DEL VALLE Y CAVIEDES
BIOGRAFÍA:
(Porcuna, España, 1652-Lima, 1698) Escritor peruano de origen español. Trasladado a América a temprana edad, tuvo una formación autodidacta, en la que se deja sentir una fuerte influencia de Quevedo y de la poesía satírica barroca española en general. Parte de su producción se conserva en dos manuscritos fechados en 1689 y que tienen el título común Diente del Parnaso, que trata diversas materias contra médicos, de amores, a lo divino, pinturas y retratos. Algunos de sus poemas constituyen una sátira feroz contra los médicos y ponen de manifiesto la facilidad del autor para la mordacidad y la burla, lo que le enfrentó a personalidades conocidas y relevantes del mundo colonial. Con humor negro, prodigó las imágenes conceptistas, las antítesis, los contrastes y las caricaturas del mundo virreinal, además de comentarios en verso sobre sucesos o circunstancias de la época.

CATORCE DEFINICIONES DE AMOR

Amor es nombre sin deidad alguna,
unagente al ser de cuantos nacen,
un abreviar la vida a los que yacen,
un oculto querer a otra persona,
una fantasma, asombro de hermosura,
una falsa opinión que al mundo esparcen,
un destino de errar en cuanto hacen,
un delirio que el gusto hace cordura.
Fuego es de pedernal si está encubierto:
aire es si a todos baña sin ser visto;
agua es por ser nieto de la espuma;
una verdad, mentira de lo cierto,
un traidor que, adulando, está bien quisto;
él es enigma y laberinto es suma.

JUAN ESPINOZA Y MEDRANO
Destacado aedo, dramaturgo y clérigo, considéresele el más alto defensor en el Perú de la Escuela Culterana.
Nació en el pueblecito de Calcanso, provincia de aymaraes en 1629 del Cusco. Estudioso y esforzada pluma, constituye conjuntamente con Amarilis y Caviedes, las personas que después de Gracilazo de la Vega, merecen mencionarse en medio del vasto y medio crisado panorama de nuestra literatura colonial.
Juan Espinosa y Medrano. Es otro de nuestros mestizos ilustres.
Estudia en el seminario San Antonio de Abad, destacando por su dedicación a los estudios. A temprana edad, ya lo tenemos vistiendo los hábitos franciscano, con los que también sobresale por su elocuencia y la calidad de sus sermones.
Se cuenta que, eran tan profundos y solemnes, que se arremolinaban en torno al púlpito, autoridades, intelectuales, aristócratas y, en general, TODA suerte de los feligreses. A su término, no era raro ver enjugarse las lágrimas a mujeres… sino también a hombres.
Los más bellos y conceptuosos sermones, se reunieron en un libro denominado “La Novela Maravilla”.
En el ejercicio de esa carrera sacerdotal, tuvo infinidad de anécdotas todas ellas rezumantes de humanismo, ejemplo y valentía.
Una de ellas, se refiere a que un domingo, como de costumbre La feligresía colmaba la iglesia para escuchar a tan erudito sacerdote: de repente, empezó a agitarse y a impedir el paso de una india entrada en años y que esforzadamente pugnaba por abrirse camino a efecto de acercarse al pulpito, para escuchar mejor.
Juan Espinosa y Medrano, viendo esto, interrumpió súbitamente su sermón y con voz clara y fuerte exclamo: “Señores, den lugar a esa pobre india, que es mi madre”. Algún tiempo después, dejo de existir en la ciudad del Cusco en 1688.

OBRAS DE JUAN ESPINOZA Y MEDRANO:
LIRICAS:
- Apologético a Favor de don Luís de Góngora.
TEATRALES:
- El Hijo Pródigo.
- El amar su propia muerte.
- El rapto de Proserpina.
OTRAS OBRAS:
- La Novena Maravilla.
- Psique y el amor.
- Eligio a la música
- La muerte
- El pavo.

EL HIJO PRÓDIGO (Resumen)
El hijo prodigo es un drama de carácter religioso que se enraíza con el teatro quechua. Como su nombre lo sugiere, su nombre es una versión de la parábola bíblica, pero con fuertes elementos indígenas. El hijo menor e Kuyaj Yaya, Hurin Saya, joven convertido al cristianismo, inicia un viaje con la finalidad de conocer el mundo, enriquecer sus conocimientos y deleitarse con todo lo bueno que puede encontrar en la vida.
En su travesía lo acompañan DiospaSimin (la Palabra de Dios), que permanentemente lo aconsejará para que no se desvíe del buen camino, y Uku (el cuerpo), que es un bufón.
Los tres se encuentran primero con HuaynaKari, símbolo de la juventud, y luego con Mundo, que es sinónimo de diversión, de placeres. Mundo le presenta a su hermana Aicha, que representa a la voluptuosidad, y Hurin Saya se enamora perdidamente de ella, e inicia una vida licenciosa que lo destroza física y moralmente. Harapiento y desfigurado, busca a sus amigos de diversión, pero todos lo echan porque ya no tiene dinero para gastar en fiestas.
En su desesperación, el joven cristiano se hace sirviente del diablo, entristecido por sus penurias, al final de la obra, la palabra de Dios lo rescata del infierno, y Hurin Saya regresa a su hogar, donde su padre lo recibe jubiloso, ante la protesta del hermano mayor, Hanan Saya, que no había salido de su casa.

MICAELA VILLEGAS HURTADO :
"LA PERRICHOLI"
La vida de este personaje, está muy ligada al Virrey don Manuel Cayetano de Amat y Junient. Nació en Bacaressas (Barcelona) en 1700 (1782). Descendiente de una aristocrática familia catalana, José Amat y Planella, Marqués de Castell Bell y doña María Junient y Vargas, Marquesa de Castell Manyá.
A los 11 años de edad, ya se había enrolado en las tropas reales que combatían a los rebeldes de Cataluña. Poco después, formaría parte de los ejércitos que lucharon contra las fuerzas francesas en Aragón; llegando a obtener el grado de Mariscal de Campo, por el valor demostrado en su ascendente carrera militar.
Nombrado en 1755 capitán general y presidente de la audiencia de Chile, destacó al organizar una eficaz fuerza defensiva a partir de las milicias urbanas, al tiempo que impulsaba las obras públicas. Ello le valió una excelente reputación como político y administrador que propició su designación como virrey de Perú en 1761.
Desde 1761 hasta 1766, estuvo en el Perú y aparte de las importantes disposiciones militares que realizó, motivadas por la guerra que España mantenía con Gran Bretaña. Introdujo el refinamiento en la corte virreinal y embelleció la capital con hermosos edificios: la iglesia del convento de las Nazarenas, la torre de Santo Domingo y el palacio de la Quinta Presa, e incluso ordenó erigir a las afueras de Lima un palacete barroco para la bailarina Micaela Villegas, la Perrichola. 
Aparte de tener una personalidad de militar implacable; fue muy aficionado a las reuniones y tertulias, las que disfrutaba en palacio a donde llegaban los artistas de aquellas épocas.
En una de aquellas noches, apareció una artista mestiza de un teatro de Lima, quien era bailarina y cantante de privilegiada voz, llamada Micaela Villegas Hurtado. Muchos la conocían como “Miquita” y a pesar de no ser muy agraciada, era una mujer de gran simpatía y encanto, lo que cautivó al ya sexagenario Virrey. Este, más tarde la llamaría “Perrricholi”, nombre con el que fue conocida por siempre.
El Virrey solía pasear en su lujosa carroza y a su lado siempre iba la Perricholi. Otras veces, iba ella al lomo de un brioso caballo, siguiendo la carroza. Estos paseos, motivaban los chismes de la encopetada sociedad limeña.
Micaela Villegas, “La Perricholi” indirectamente propició muchas de las obras que el Virrey mandara erigir en nuestra Lima de antaño, que hasta hoy le dan prestancia, ya que fueron hechas en honor al amor que éste le profesaba. Al menos es lo que algunos historiadores parecen informar, aun cuando a veces, éstos se han dejado llevar por el ingenio de nuestros compatriotas de antaño; quienes entretejían historias a veces novelescas.
Allí están como mudos monumentos, escenarios de una bella época, "La Quinta Presa", una casona campestre señorial de mediados del siglo XVIII, a donde asistiera constantemente a fiestas y recepciones acompañada del Virrey.
La Alameda de los Descalzos, paseo rodeado de fina verja toledana, con amplios jardines llenos de árboles y plantas. En la vereda principal, había mandado colocar estatuas de mármol con figuras de la mitología griega, hechas con puro mármol de carrara. Se dice que la hizo construir, en frente de un convento donde vivía su amada, para que sosegara sus horas de aburrimiento.
El Paseo de Aguas, en el Rímac, la que según otros relatos históricos, motivó su construcción una promesa que la Perricholi hiciera al Virrey. Dicen que cuando éste le profesó su amor, pidiéndole que fuera su amante, ella le respondió que lo haría cuando él pusiera la Luna a sus pies. El virrey, ingeniosamente ideó la construcción de sus arcos de estilo francés con una amplia fuente que pudiera servir como espejo y reflejara el firmamento en sus aguas.
Terminada la obra, esperó pacientemente una noche de Luna Llena, para invitar a su amada a dar un paseo y llevándola de la mano hasta el borde de dicha fuente, le susurró al oido, “...hoy pongo la Luna a tus pies”.
Se cree que fruto de esos amoríos, fue Manuel d’Amaty Villegas, quien fuera uno de los firmantes del Acta de la Independencia del Perú, el 28 de julio de 1821.
La vida de este personaje inspiró a Mérimée para escribir La carroza del Santo Sacramento que Offenbach llevó al teatro lírico en La Perichole y Jean Rénoir al cine en La carroza de oro (protagonizada por Anna Magnani).
Los amores terminaron cuando el Virrey regresó a España en 1776 y se retiró de la vida pública. Intervino también en el diseño de su palacio en Barcelona (palacio de la Virreina). La Perricholi, ingresó a un convento de Monjas Carmelitas en Lima, donde falleció el 16 de mayo de 1819.